Al compás de una dulce y suave melodía,de esas
que me gustan a mi,donde violín y piano se confunden entre si.
Y con mi nieta África en mi regazo,, escribo como puedo, aquello que ella, me hace sentir.
Pero al segundo de intentarlo me doy cuenta,
que no soy lo suficientemente inteligente como para poder expresarlo mediante la mente.
Y es entonces cuando mi Alma interviene e inclinándose ante la de mi amada nieta, le rinde honor por haber podido acceder a esta gran universidad,, llamada tierra.
Donde se viene a aprender y a su vez a enseñar que,
mientras se deje que sea el Amor quien mande y ordene,,no habrá ideales,raza ni poder adquisitivo que deje a nadie por encima de nadie.
Y mientras nuestras Almas se traspasan entre si ,
me convierto en una mera espectadora,
expectante ante unos ojos,, que si bien albergan una indescifrable
dulzura ,también llevan dentro de si un impecable
e implacable saber, de por donde debe dirigir sus pasos
dentro de un mundo, donde el necio ordena,, y el sabio calla.
Cada día que paso junto a mis nietas,
crece mi paciencia y desaparecen mis miedos,ante un mundo,
al que no entiendo pero al que Amo y Amaré hasta el último
segundo de mi existencia.
África,desde antes que nacieras
ya te quise con locura,
con esa locura sana,, donde el Amor
es la única camisa de fuerza ,que aguanta el Alma.
teresa